Bien por la Corte, muy mal por el Gobierno
El reciente fallo de la CSJN parece haber acortado distancias entre las distintas facciones de las internas oficialistas. Lamentablemente, el sentido de este alineamiento no fue el de fomentar un debate profundo sobre las instituciones en juego, sino una vez más, dinamitar la legitimidad de la Justicia argentina.
En vez de leer con detenimiento el fallo, el viceministro de Justicia lo calificó de “inexplicable” y “confuso”, aduciendo que versó sobre una cuestión “netamente política” y “de política partidaria”. Nada más lejano a la realidad de una sentencia que es sumamente prudente al destacar que pretende “orientar, desde lo jurídico -no desde lo sanitario- decisiones futuras”.
De haberlo leído con detenimiento, en lugar de temer por el aislacionismo de las políticas frente a la pandemia como difama el Ministro de Justicia, verían que la CSJN pondera la necesidad de interacción articulada de los distintos integrantes de nuestro federalismo, la no subordinación sino coordinación de esfuerzos, la unión en vista a metas comunes y el principio de “lealtad federal” o “buena fe federal”. La CSJN destaca así la importancia de evitar “el abuso de las competencias de un Estado en detrimento de los otros” y de coordinar sus facultades “para ayudarse y nunca para destruirse”.
Nota de opinión de Facundo Suárez Lastra en infobae