La democracia, la política y la libertad están amenazadas
Durante estos 18 de meses de pandemia kirchnerista fui advirtiendo muchas de las trampas que usaron para gobernar. Advertí, al comienzo de la pandemia, que el kirchnerismo iba a aprovechar el coronavirus para acelerar el “vamos por todo recargado”. Señalé a los pocos meses de que asumiera que Alberto Fernández es “bueno para hacer los mandados, no para dar las órdenes” y que solo fue útil en la boleta electoral para que a Cristina no le pasara lo mismo que a Menem en 2003. Que, por lo tanto, Alberto Fernández es un peón en el ajedrez de Cristina, el Juárez Celman de Cristina.
Voté en contra de las sesiones virtuales y alerté que era un mecanismo para avanzar contra el Congreso, suplir la falta de quorum propio por una estratagema que lo aseguraba, a la vez que los liberaba de pagar los costos del debate presencial, para definitivamente gobernar por decreto, sin dar explicaciones y sin controles. Me opuse firmemente a las sesiones virtuales y el tiempo me dio la razón.
Nota de opinión de Alvaro de Lamadrid en La Nación