Salud ya no es Ministerio

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El área de Salud a cargo de Carla Vizzotti debería tener un nuevo nombre. Ya no tenemos ministerio, sino “Misterio de Salud”. El manejo de la compra de vacunas es un agujero negro del que deberían dar explicaciones políticas y judiciales. Celebrar que lleguen dosis al país no significa limpiar la responsabilidad de los funcionarios por contratos que no se cumplieron, cifras millonarias que se pagaron sin la contraprestación y negociaciones truncas construidas en la oscuridad.

El caso más emblemático del misterioso agujero de la compra de vacunas es el contrato con el Fondo Ruso para la adquisición de primeras y segundas dosis de la Sputink V. Según los términos del acuerdo original, el vendedor se comprometió a suministrar 10 millones de tratamientos: esto equivale a 10 millones de la primera dosis y 10 millones de la segunda. Debían entregarse en dos meses, es decir que el 28 de febrero de este año ya deberían haber estado disponibles. En el mismo acuerdo, el gobierno aceptó que el Fondo Ruso podría “desincronizar” los suministros de tratamientos para asegurar la llegada de primeras dosis. Eso sucedió, pero no se completaron los envíos comprometidos ni de la primera, ni de la segunda inyección.

Nota de opinión de José Cano en Perfil

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