Innovación Productiva: Diputados aprobó incentivos para empresas que invierten en investigación y desarrollo
La Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de modificaciones a la Ley de Promoción y Fomento de la Innovación Productiva. A través de esta ley se otorgan incentivos fiscales a quienes desde el sector privado inviertan en investigación y desarrollo.
Al fundamentar el proyecto, el titular de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara baja, Facundo Manes, explicó la iniciativa.
“La ley 23877 es uno de los pilares de nuestro sistema nacional de ciencia, tecnología e investigación. Fue sancionada hace 32 años y las modificaciones que estamos tratando son necesarias y constituyen solo una parte de las mejoras que requiere nuestro sistema institucional de investigación e innovación”.
Las modificaciones que se proponen implicarán un mejoramiento de la ley 23.877, que redundará, especialmente, en beneficios para las micro, pequeñas y medianas empresas. Éstas las mayores creadoras de empleo privado en la República Argentina. Se propicia un instrumento donde se premie a las mipymes sobre las grandes, se recupere el análisis ex ante de los proyectos y se reconozca el cincuenta por ciento (50 %) de la inversión en I+D como crédito fiscal con excepciones donde puede otorgarse hasta el ochenta por ciento (80 %) según pautas como tamaño, sector, región y primera solicitud.
De que se trata la ley
Manes explicó cuáles son los principales cambios propuestos a la ley:
- Se aumenta el monto del crédito fiscal al 50 % de la inversión en I+D. Ésta puede alcanzar el 80% para micropymes en su primera solicitud. Comparado con el 10 % vigente estos nuevos valores están más en línea con los que se aplican en otros países, incluso países de la región.
- Los beneficios no están destinados a empresas o sectores sino a proyectos de investigación y desarrollo y proyectos de innovación. Se contemplan una serie de exclusiones, como las actividades de autodesarrollo. O como la ley de promoción de economía del conocimiento, con el objetivo de impulsar la generación de nuevos proyectos, nuevas actividades económicas de alto valor agregado.
- El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación recupera la calidad de autoridad de aplicación, actualmente compartida con dos carteras ministeriales. Se dota a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico e Innovación de herramientas operativas y responsabilidades específicas para la evaluación y acreditación de los proyectos. El objetivo es de conseguir una aplicación justa, ágil y eficiente de los incentivos.
- Para hacer un seguimiento y una mejora continua de este tipo de incentivos se incluye la obligatoriedad de presentar al Congreso de la Nación un informe anual sobre los beneficios otorgados para evaluar la eficacia de los instrumentos.
“Esta propuesta involucró a todos los sectores políticos y a numerosos sectores del ámbito científico, tecnológico y de la innovación. Se consiguió un dictamen con amplio consenso. Las modificaciones a esta ley son un pequeño ejemplo de lo que debería ser una política de Estado”, señaló luego Manes.
La importancia de la ciencia
“Muchos creen que cuando hablamos de Ciencia y Tecnología estamos desorientados o fuera de la realidad, que no vemos los problemas económicos y sociales. Pero es todo lo contrario. La falta de una estrategia nacional competitiva en materia científico tecnológica es una de las causas de nuestros problemas sociales y económicos. Una política de Estado científico tecnológica, productiva y educativa de alta prioridad es lo que la Argentina necesita en forma urgente para de una vez por todas encaminarnos al sendero del crecimiento y el desarrollo económico sostenido”, dijo.
Por su parte, la diputada Lidia Ascárate, agregó que “existe una visión compartida respecto del conocimiento científico como pilar para el crecimiento de la actividad industrial y para el desarrollo en general, si ese conocimiento se traslada al sector productivo. Leyes como estas serán herramientas que promoverán el crecimiento y el desarrollo productivo, en la medida en que se generen las condiciones económicas propicias”.
Manes también remarcó que “debemos recalcar el dominio de las tecnologías convenientes es un factor clave de poder y de soberanía. Se habla mucho de soberanía pero el dominio de las tecnologías es soberanía. Históricamente los países que dominaron la ciencia y la tecnología han tenido más desarrollo. La humanidad está organizada en un sistema de comp|etencia y en este marco nadie vende nada que es clave para su propia competitividad. Y esto vale para todos los ámbitos. Ningún país entrega tecnología superior a la propia. En la competencia comercial ocurre lo mismo. Ninguna empresa vende tecnología que es clave para la propia competitividad de esa empresa”.
“La Ciencia y Tecnología está en el centro de las estrategias de crecimiento sustentable para los países. Debemos comprender que el desarrollo local de tecnologías convenientes no es una opción, es una necesidad para encaminarnos al desarrollo”, finalizó.
“Una iniciativa de estas características debe formar parte de una política pública integral, por fuera del cortoplacismo crónico. No hay manera de pensar la inversión en un marco de inestabilidad económica, con estos niveles de inflación, de restricción crediticia y de incertidumbre cambiaria. Es imprescindible generar las condiciones para que las empresas, especialmente las Pymes, puedan aportar para la innovación, las investigaciones y el desarrollo”, amplió Ascárate.